sábado, 7 de noviembre de 2015

Proscrito





Se hizo mirada su infierno,
y cada surco fue silencio,
pues se hizo alas su corazón
de un amor proscrito
y así nubla el dolor,
de no haberle tenido.

Se hizo un manto de invierno
en cada silaba sin tregua,
y perturba la cizaña
como daga de veneno izada,
por tantos envites
de este vivir prohibido.

Se nublo el cielo sin alma
en la maraña de un horizonte,
de agonizada ternura
solo fingidas auroras,
donde había un abismo
donde sollozaba la rabia
y fibrilaba el latido.

Aún así sueña,
pues se le lleno
de caricias el aire,
ahora respira amor y no muerte
pues se hallaba vacía de todo,
y ahora tiene las entrañas
llenas de él,
de su amor ardiente.


Arwen

1 comentario:

  1. Donde hubo fuego, siempre quedan brasas.
    El recuerdo de un amor puede servir para consolar nuestra soledad.
    Besos

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