sábado, 24 de enero de 2015

Hay tanto




Hay tanto por amar y tantos inviernos
qué por ti alma mía daría hasta el aliento,
hay tanto por vivir y tantos sueños
mas por ti gritaría en cada silencio,
y cada luna suplicaría ese beso
que se deshace en mil pasiones,
y quisiera cantarte esos rincones
de tus dulces posesiones,
hay tanto por amar y tantos inviernos
qué por ti sacudiría hasta las arenas del tiempo,
hay tanto por morir y sin ti no quiero la vida
mas ese ultimo día sería eterno,
acariciando el dolor de un infinito beso.

Arwen
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lunes, 19 de enero de 2015

Encontrar el cielo



Encontrar el cielo,
solo lo hallo cuando esa tierna hora
se hace confidencia en nuestra piel,
cuando se te desnuda ese lunar
en mis sabanas de papel,
y la tibia noche se viste de gemidos
dejándome un solo camino 
hacia tu tormenta y tu río,
encontrar el cielo,
solo lo hallo cuando te quedas conmigo
jugamos a ser niños
en un cuento con tiempo indefinido,
y te brillan las mejillas de tantos te quiero
soñando armarios repletos de sueños,
solo lo hallo ese cielo
cuando en tu mirada me sobran palabras,
solo encuentro tu alma
que no encierra más que besos.

AE
Todos los derechos reservados.

Dar y recibir



Un joven despertó una mañana y revisó su bolsillo. Todo lo que le quedaba eran 10€.
- Decidió utilizarlos para comprar comida y esperar así la hora de morir, ya que era demasiado orgulloso como para pedir limosna.
Estaba tan frustrado por no encontrar empleo y no tenía a nadie disponible para ayudarle. Compró su comida y en cuanto se sentó a comer, un anciano y dos pequeños niños se le acercaron y le pidieron que les diera comida, ya que no habían comido en casi una semana.
El los miró. Estaban tan flacos que se les notaban los huesos. Sus ojos se les habían hundido.
Con el último pedazo de compasión que le quedaba, les dio su comida.
El anciano y los niños oraron para que Dios le diera bendiciones y prosperidad, y le dieron una moneda muy antigua.
El joven les dijo "ustedes necesitan esa oración más que yo".
Sin dinero, sin empleo y sin comida, el joven fue debajo de un puente a descansar y esperar la hora de su muerte.
Estaba a punto de quedarse dormido, cuando vio un Viejo periódico en el suelo. Lo levantó, y de repente leyó un anuncio para los que tuvieran monedas antiguas, las llevaran a cierta dirección.
Decidió ir a ese lugar con la moneda Antigua que el anciano le dio.
Al llegar al lugar, le dio la moneda al propietario del lugar. El propietario gritó, sacó un gran libro y le mostró al joven una foto. Era la misma moneda, cuyo valor era de 3 millones de dólares.
El joven estaba muy emocionado mientras el propietario le dio un cheque por los 3 millones. El joven cobró el dinero y se fue en búsqueda del anciano y los niños.
Para cuando llegó a donde los dejó comiendo, ya no estaban.
Le preguntó al dueño de una cantina cercana si los conocía.
El dueño le dijo que no los conocía, pero que le habían dejado una nota.
Rápidamente abrió la nota pensando que averiguaría donde encontrarlos.
Esto era lo que la nota decía:
"Nos diste todo lo que tenías, y te hemos recompensado con la moneda".